En este caso me he decantado por la lectura de ‘Las asambleas en el C.P. La Paz (Albacete)’ y ‘De los actos comunicativos de poder a los actos comunicativos dialógicos en las aulas organizadas en grupos interactivos’.
Del artículo sobre la experiencia de las comisiones mixtas y las asambleas de aula en el Colegio La Paz (Albacete), ‘Las asambleas en el C.P. La Paz (Albacete)’, destacaría el siguiente párrafo que podemos encontrar al final de la página 1:
<<Ante esta situación que tanto nos preocupaba y que se hacía insostenible especialmente en los cursos superiores de Primaria, pensamos que teníamos que buscar una solución y se nos ocurrió que podíamos intentar extender las Asambleas de Infantil a Primaria>>.
Ya que este mismo planteamiento lo he compartido con muchos de mis compañeros y compañeras a lo largo de mi experiencia docente. Ya que al ser especialista en PT, suelo entrar en numerosas clases, desde infantil a primaria, y siempre he pensado que sería muy interesante trasladar la asamblea de infantil a primaria. Obviamente la metodología de trabajo o las normas que se utilizarían en la misma variaría con la edad del alumnado aunque siempre respetando la esencia de la misma, su disposición, espacio y el poder del diálogo en la misma.
Y en relación al texto de Oliver y Gatt, ‘De los actos comunicativos de poder a los actos comunicativos dialógicos en las aulas organizadas en grupos interactivos’, destacaría dos párrafos que aparecen prácticamente seguidos en la página 287:
<<El alumnado relegado a los grupos de menor nivel sobre los que se tienen bajas expectativas recibe a menudo los consejos del profesorado de no optar por vías formativas orientadas a la finalización de la carrera académica en la universidad. Por el contrario, se crean interacciones desalentadoras en las que son animados y animadas a decantarse por vía formativas profesionalizadoras de bajo nivel o por la inserción laboral directa al finalizar la escolarización obligatoria>>.
<<Dedicar conversaciones basadas en actos comunicativos dialógicos, potenciadores de la libertad de los niños y niñas, donde se les escucha creando un clima de igualdad y de respeto entre ellos y ellas, donde se les anima a soñar qué desean ser cuando sean mayores, y donde se crean altas expectativas, puede hacer que un niño o niña que está fracasando en la escuela o en el instituto recupere o sienta por primera vez las ganas de estudiar junto a sus compañeros y compañeras para conseguir su sueño: ser médico, abogada, veterinaria, enfermero, etc.>>
Y destacaría estos dos párrafos porque en cierta medida representan mi propia evolución profesional. Cómo la teoría que estudié me hacía pensar que lo mejor a la hora de orientar a un alumno o alumna era analizar los datos con los que se cuenta y en función de ello proponer lo más adecuado a su características y posibilidades. Ahora, con el paso del tiempo comprendo que hay un componente motivacional, emocional y dialógico que me hace pensar en un alumno atendiendo a sus sueños, sus potencialidades, a las expectativas que crea y que les ayudamos a crear, y que desde este escucha y este diálogo pueden alcanzar muy altas metas.
<<Ante esta situación que tanto nos preocupaba y que se hacía insostenible especialmente en los cursos superiores de Primaria, pensamos que teníamos que buscar una solución y se nos ocurrió que podíamos intentar extender las Asambleas de Infantil a Primaria>>.
Ya que este mismo planteamiento lo he compartido con muchos de mis compañeros y compañeras a lo largo de mi experiencia docente. Ya que al ser especialista en PT, suelo entrar en numerosas clases, desde infantil a primaria, y siempre he pensado que sería muy interesante trasladar la asamblea de infantil a primaria. Obviamente la metodología de trabajo o las normas que se utilizarían en la misma variaría con la edad del alumnado aunque siempre respetando la esencia de la misma, su disposición, espacio y el poder del diálogo en la misma.
Y en relación al texto de Oliver y Gatt, ‘De los actos comunicativos de poder a los actos comunicativos dialógicos en las aulas organizadas en grupos interactivos’, destacaría dos párrafos que aparecen prácticamente seguidos en la página 287:
<<El alumnado relegado a los grupos de menor nivel sobre los que se tienen bajas expectativas recibe a menudo los consejos del profesorado de no optar por vías formativas orientadas a la finalización de la carrera académica en la universidad. Por el contrario, se crean interacciones desalentadoras en las que son animados y animadas a decantarse por vía formativas profesionalizadoras de bajo nivel o por la inserción laboral directa al finalizar la escolarización obligatoria>>.
<<Dedicar conversaciones basadas en actos comunicativos dialógicos, potenciadores de la libertad de los niños y niñas, donde se les escucha creando un clima de igualdad y de respeto entre ellos y ellas, donde se les anima a soñar qué desean ser cuando sean mayores, y donde se crean altas expectativas, puede hacer que un niño o niña que está fracasando en la escuela o en el instituto recupere o sienta por primera vez las ganas de estudiar junto a sus compañeros y compañeras para conseguir su sueño: ser médico, abogada, veterinaria, enfermero, etc.>>
Y destacaría estos dos párrafos porque en cierta medida representan mi propia evolución profesional. Cómo la teoría que estudié me hacía pensar que lo mejor a la hora de orientar a un alumno o alumna era analizar los datos con los que se cuenta y en función de ello proponer lo más adecuado a su características y posibilidades. Ahora, con el paso del tiempo comprendo que hay un componente motivacional, emocional y dialógico que me hace pensar en un alumno atendiendo a sus sueños, sus potencialidades, a las expectativas que crea y que les ayudamos a crear, y que desde este escucha y este diálogo pueden alcanzar muy altas metas.
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